Desde 1957 la Feria de Cali es sinónimo de jubileo, en el que los asistentes pueden encontrar diversidad de actividades de todo tipo y para diferentes públicos, en torno a expresiones artísticas que exaltan las cualidades culturares de la capital vallecaucana que se viste de música y color para recibir a propios y a visitantes nacionales e internacionales.
La apertura, el 25 de diciembre, deja un balance positivo: “Hubo cosas muy interesantes: tuvimos una muy buena afluencia del público, el comportamiento de los artistas, el show que se mostró; hubo cumplimiento, nuestra propuesta logística dio resultado, pero lo más importante es que la gente se encontró con la Feria”, indicó Argemiro Cortés, gerente de Corfecali.
Y es que con el slogan «La Alegría que Inspira», Corfecali le apostó a la presencialidad y asistencia masiva pero responsable a las diferentes actividades que ayudan en el propósito de la reactivación económica.
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